miércoles, 16 de marzo de 2016

Como la sociedad eligió el fast fashion (parte II)

Retomamos el blog tras unos días de descanso (os contaré mis peripecias aprendiendo a esquiar jeje...) con un tema de los que causan polémica y dan que pensar.

Hace unos días escribía un post en relación al programa de Salvados llamado Fashion Victims (podéis verlo aquí). En él, Jordi Évole ponía de manifiesto las diferencias en mil y un sentidos entre los países productores y consumidores del producto textil.

Ahí ya manifesté que, aún siendo un programa muy interesante, éste llegaba tarde y no aportaba nada nuevo, pues ya todos conocemos la deslocalización de empresas que ha sufrido nuestro país y cómo los centros productivos se han trasladado a países que ofrecen una mano de obra más barata.

Hoy quería seguir hablando un poco de algunos temas que se tocaron en el programa como es la situación en la que se encuentran, por lo tanto, nuestros talleres en España.

Salían hablando un par de señoras que habían tenido talleres en la zona de Galicia hace unos años y que habían tenido que cerrar porque no podían soportar los timings que les pedían sus clientes.

España siempre tuvo mucha tradición en el sector textil y había zonas, como Galicia, en las que había toda una red de talleres y pequeñas empresas dedicadas al sector. España, y Europa en general, eran sinónimos de calidad, saber-hacer y habilidad artesanal. El problema de todo esto es mucho más complejo que lo que yo pueda escribir aquí en tres líneas, pero lo que está claro es que nosotros como sociedad, con nuestra nueva actitud ante el proceso de compra, nos hemos cargado todo eso.
¿Y por qué nos lo hemos cargado? Pues porque realmente es muy difícil tener camisetas nuevas a 10 euros en las tiendas cada dos semanas y que esa producción la soporte una empresa pequeña/mediana dentro de nuestra legislación. Los nuevos ritmos a los que va la moda son vertiginosos y encima se acompañan de precios que van a la baja por lo que mantener eso en España (y querer mantener tu margen de beneficio obviamente) se antoja muy complicado. ¿Y queremos reducir nuestro margen de beneficio? ...

¿Resultado? En el siguiente cuadro se muestra una evolución del número de talleres por CCAA en nuestro país donde se puede apreciar una evolución a la baja en términos globales de más del 40%.
Fuente: EAE Business School - Setiembre 2015
El sector textil y el gasto en prendas de vestir en España 2015

Fuera aparte de las repercusiones económicas que esto ha tenido, la reflexión que me gustaría hacer es la pena que me da el que lleguemos a perder el arte que teníamos en nuestras manos años atrás. Personas verdaderamente profesionales que ya no están al servicio de una moda española que cada vez es menos española. Para nada estoy en contra de que se pueda producir fuera pues creo que enfocado de otra manera no debería ser negativo para nadie, pero no se puede tirar por tierra la tradición y la calidad. Me niego a pensar en el futuro como tiendas llenas de productos cada vez más malos y los talleres de mi país cerrados. Pero el trabajo hay que pagarlo señores. ¿Y quién es el responsable de todo esto? ¿Amancio Ortega e Inditex? ¿Mango? ¿H&M? Desde luego eso se podía deducir en el vídeo, pero no...en mi opinión los responsables somos los consumidores, por lo menos al mismo nivel que los empresarios. Cada vez queremos pagar menos por una prenda, preferimos tener diez malas a tres buenas, no sabemos ni donde se producen dichas prendas y si lo sabemos, a efectos prácticos, nos da igual, y somos expertos en lamentarnos por las injusticias del Tercer Mundo y echarle la culpa a otro.

¿Estoy diciendo entonces que España hay calidad y fuera no? Para nada. Fuera puede haber calidad y de hecho la hay, pero, en general, no al ritmo al que estamos imponiendo esto llamado moda.

¿Relocalización? En vuestros sueños si acaso...Os dejo a continuación los datos extraídos de noticierotextil.net donde se plantean las siguientes cifras:


China sigue siendo el principal proveedor de la UE. No crece como antes, pero crece. En 2015, las prendas de vestir venidas desde ese país alcanzaron un valor de 29.968,7 millones de euros, un 6 % más que en 2014.

Bangladés, que captó la atención mundial en 2013, cuando un edificio en el que funcionaba un taller textil se desplomó y causó la muerte de 1.100 personas, ha ganado terreno en el campo de la confección, tanto así, que el pasado año se consolidó como el segundo proveedor de prendas de la UE. Las importaciones provenientes de ese país fueron valoradas en 13.716,1 millones de euros, un 24 % más que en 2014.

 Turquía: Las importaciones desde ese país han sumado 9.437,2 millones de euros, un 2 % más que en 2014.


India: con unas importaciones valoradas 5.138,5 millones de euros (+11 %)

Camboya: las importaciones de ropa camboyana a la UE se elevaron un 31 % hasta llegar a los 2.954,1 millones de euros. Un poco más atrás, pero también creciendo (+21 %), está Vietnam, con 2.804,4 millones.


Después de estos seis países, están Marruecos (0 %), Paquistán (+25 %), Túnez (-4 %), Sri Lanka (+8 %), Indonesia (+5 %), Suiza (+12 %), Hong Kong (+25 %), Estados Unidos (+26 %), Tailandia (-5 %), Macedonia (-3 %), Birmania (+79 %), Egipto (+4 %), Serbia (+8 %) y Madagascar (+9 %).


Esta claro que el tema da para mucho porque son miles los factores que intervienen en todo esto y la complejidad de toda esta situación, pero al menos quedémonos con la reflexión de que no quiero que dentro de unos años sea difícil encontrar un buen profesional o una buena prenda en nuestras calles y en que todos tenemos algo que decir en todo esto. Todos. No solo Amancio Ortega.

Seguiremos reflexionando...

¡Hasta la próxima!


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